Juan José Arce Vargas
Periodista y exdiplomático
El 9 de noviembre de 1989, el
mundo Occidental celebraba la caída del Muro de Berlín, los temores del
comunismo y la posibilidad de un conflicto nuclear se desvanecieron; días
después, en las mismas tierras alemanas brotaba la furia de un hombre que
iniciaría la reconstrucción de la Guerra Fría.
El documental Punto de
Inflexión: La bomba y la Guerra Fría, dirigido por Brian
Knappenberger, relata cómo se gestó la nueva rivalidad por el poder mundial, en
un hombre nacido en 1952, en los empobrecidos patios de Leningrado -antiguo San
Peterbursgo- que deambulaba con un grupo de buscapleitos que gustaban de
perseguir ratas en los pasillos del colegio. Ese joven, sujeto de bullying por
parte de sus mismos compañeros, decidió golpear de vuelta, convirtiendo rema en
su vida que sólo los débiles se dejan golpear.
La película “The sword and the
shield” (la espada y el escudo) del
director Vladimir Basov, de 1968, marcó la adolescencia de ese joven que
glorifica el papel de los servicios secretos, toma la decisión de ingresar a la
KGB (servicio de espionaje soviético).
Ese joven, de nombre Vladimir
Putin, en un principio no era un agente destacado en las labores de
contrainteligencia, más bien tenía una carrera discreta, desempeñando labores
modestas en Leningrado, su misión, resguardar que todos los funcionarios fueran
leales a la KGB, con prácticas y principios similares a la de la mafia
organizada. Termina siendo asignado, como agente de la KGB, en la ciudad de
Dresden, Alemania Oriental.
Estando en Alemania vivió la
caída del Muro de Berlín, fúrico por la debilidad del Secretario General del
Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Mijaíl
Gorbachov, en ese entonces, y sus reformas democráticas que terminaron por
disolver el imperio soviético.
Conocedor de tácticas de
miedo, terror y amedrentamiento, no se explicaba la caída pacífica del imperio
soviético, inexplicable el silencio de Moscú, en el instante de la caída del
Muro de Berlín, los consideraba que fueron débiles por no reprimir las
manifestaciones pacíficas, así lo describió en el libro biográfico, intitulado
“First person” (En primera persona, en español).
Rusia había derrotado a la
Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial, para Putin era humillante regresar
a su país sin haber peleado; a su regreso descubrió una nación empobrecida con
una calidad de vida inferior a la Alemania del Este, a pesar de que Rusia era
el centro de la gran potencia soviética, inclusive ató su lavadora al carro,
ante las escasas comodidades en su tierra natal.
La Rusia posterior a la caída
de la URSS, vivía en una economía caótica. La mayoría de la población que
trabajaba para el Estado soviético comunista quien centralizaba todas las
decisiones de sus estados, se enfrentó a una economía capitalista, dominada por
oferta y demanda, sin cadenas de suministros ni logística de empresas privadas
para garantizar el acceso de productos y servicios para su población.
El pueblo ruso sufrió de
escasez y hambre, comienza a repudiar las ideas liberales y el nuevo sistema
democrático, llamándolo “mierda-ocracia”. Siempre habrá ganadores y perdedores,
fue la época del resurgimiento de los oligarcas rusos, los grandes ganadores
quienes compran las antiguas fábricas del régimen soviético a precio de
quiebra, ya en manos privadas comienzan a facturar millones, estados con
grandes recursos minerales y naturales.
Putin dejó de ser agente de la
KGB una vez desintegrada la URSS, debiendo buscar nuevo trabajo, en Leningrado
contacta a su profesor de Leyes de la Universidad, Anatoly Sobchak quien se
convierte en el primer alcalde, la ciudad era dominada por bandas mafiosas,
como los Malyshev y los Tambov.
Putin se encarga de manejar
los enlaces de las bandas mafiosas con el alcalde, pero Sobchak pierde la
reelección en 1996; encuentra trabajo, esta vez como jefe de la división de
propiedades del Kremlin que se encarga de administrar mansiones, las casas vacacionales,
hospitales, colegios, automóviles, yates del antiguo régimen, sus márgenes de
maniobra política para nuevas y poderosas conexiones eran superiores ahora,
escalar a una nueva posición como jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB),
antigua KGB.
Durante la presidencia de
Rusia, Boris Yeltsin quien tenía una condición mental no adecuada para su
cargo, enfermo con adicción al alcohol, requería nombrar un sucesor que lo
protegiera a él y sus allegados, para no enfrentar cargos por actos de corrupción.
Yeltsin designa a Putin que
inicia su campaña por la presidencia; casi inmediatamente Moscú sufre una serie
de supuestos ataques terroristas, cuatro en total, contra edificios de
apartamentos civiles.
Los ataques achacados a grupos
separatistas de Georgia, dan pie a la guerra en Chechenia, curiosamente en un
edificio, vecinos identifican a tres hombres en el sótano con sacos de
explosivos que fueron capturados por la policía de Moscú que resultaron agentes
del servicio de inteligencia ruso (FSB). El Gobierno ruso comunicó que se
trataba de una operación de entrenamiento, según narra el documental de Knappenberger.
Después de la victoria en la
guerra de Chechenia, Putin se convierte en el político más popular en Rusia.
Boris Yeltsin abdica, dejando como presidente y jefe de las fuerzas armadas a
Putin quien promete seguridad y estabilidad para Rusia, pero no bajo un sistema
democrático.
El 26 de marzo del 2000 Putin
es electo presidente, manteniéndose al mando del poder político de Rusia hasta
el día de hoy, curiosamente lo primero que hizo fue restaurar el viejo himno
nacional de la Unión Soviética, gritando al mundo que el sueño imperialista
está tomando forma.
Como diría el expresidente de
Venezuela que precedió al general Hugo Chávez Frías en el poder: “la democracia
tiene una virtud que a veces es un grave defecto, que admite en su seno, hasta
a quienes pretenden destruirla”. El Chavismo ha gobernado ininterrumpidamente
Venezuela desde febrero de 1999 y Putin desde el 2000, a la nueva clase media
rusa poco le importaba el sistema democrático, si tenían estabilidad económica.
Putin tenía el control
político del Estado ruso, pero no el económico que estaba en manos de los
oligarcas rusos, grandes ganadores de la crisis de la caída de la Unión
Soviética; primeramente, estabilizó las finanzas del gobierno subiendo el
precio del gas y el petróleo, permitiéndole pagar deuda, aumentar pensiones de
los rusos y otros servicios sociales.
Putin quería más que sanar las
finanzas del gobierno, comienza a cobrar mayores impuestos a los oligarcas
rusos. A dos de ellos, Boris Berezovsky y Vladimir Gusinsky, dueños de las dos
televisoras más importantes de Rusia, les expropia las empresas. El 85 % del
pueblo ruso obtiene información de la televisión, controlando la información
maneja los juicios y opiniones para su mandato.
Putin continua su estrategia
contra los oligarcas rusos. Mikhail Khodorkovsky fue el oligarca más poderoso y
rico de Rusia, una fortuna valorada en 15,000 millones de dólares hace 25 años,
producto de su participación en la empresa Yukos, la mayor petrolera de Rusia
que había comprado en la debacle de la URSS.
Khodorkovsky comenzó una
campaña de políticas institucionales contra la corrupción, inclusive denunció a
la petrolera estatal Rosneft que compró en US$600 millones otra empresa que
según sus valoraciones valía US$200. La diferencia de la venta $400 había
quedado en manos del líder ruso.
Esa denuncia le valió a
Khodorkovsky que en octubre del 2003 fuese arrestado por evasión fiscal; en
Rusia el porcentaje de condena es del 99.7 %, por lo que si es acusado es muy
probable termine en la cárcel, fue sentenciado a 10 años de cárcel en la prisión
de Matrosskaya Tishina, en la región fronteriza siberiana.
Los otros oligarcas sabían que serían los
próximos, por lo que preguntaron directamente al presidente Putin que debía hacer
para no ir a la cárcel en el documental de Knappenberger señala que Putin dijo
“50 %”; necesitaba de los oligarcas para generar riqueza, caso contrario los
encarcelaría, en un abrir y cerrar de ojos, Putin se convierte en el hombre más
rico del mundo y líder absoluto de Rusia.
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